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"La obra sólo es obra cuando se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y alguien que la lee, el espacio violentamente desplegado por el enfrentamiento mutuo del poder de decir y el poder de oír". Maurice Blanchot

2.6.13

#enero en junio

leo El alma de Gardel de Mario Levrero. no es una novedad. desde anoche estoy citándolo en este blog, más abajo, en facebook y en twitter, de manera compulsiva. ya lo leí el año pasado, cuando lo compré, así que en vez de leerlo, lo releo. he vuelto a Levrero en este furor porteño de la publicación de sus conversaciones por mail con Pablo Silva Olazábal. antes quiero explicar por qué "he vuelto" y no "volví". sé que es más coloquial, por supuesto, lo sé y borré la conjugación primera para escribir "volví". porque se debe, se usa, se habla así en la calle. releí el incipiente párrafo. recordé la otra tarde, cuando dije "he vuelto" en la oficina y se rieron, "he vuelto, dice, habla español neutral", repuso alguien, y me quedé pensando en la forma suave y delicada del "he vuelto", que se pierde en el uso del "volví", más directo, seco, cortante, como un latigazo sobre el lomo del lenguaje. decido entonces el pretérito perfecto, compuesto, "he vuelto", no por desconocer la forma coloquial, ni por hacerme la culta usando una conjugación extraña. lo elijo porque, sencillamente, suena más suave y femenino. decía, ahora sí, que he vuelto a Levrero, Jorge Mario Varlotta Levrero, el pibe que cuando empieza a publicar elige su segundo nombre, desconocido, y el apellido de su madre. Mario Levrero, para esconderse, publicar sin nombre y desaparecer. el apellido de su madre, el que queda y se fija después de la muerte que lo consagra escritor. hace un año, un viernes, salí del trabajo y caminé la plaza, crucé por el medio, seguí por Avenida de Mayo, doblé en Perú. ¿por qué me acuerdo el camino hasta llegar a la anécdota? parece extraño. no lo es. siempre elijo Avenida de Mayo. es más corto el trayecto por la diagonal, es más directo, tardo menos, pero no es más lindo, como "volví", no es más linda Diagonal Norte que Avenida de Mayo o que Perú, que tiene librerías, bancos en las veredas, el edificio que fue el Diario La Prensa. no se puede comparar. he vuelto a ese momento, Avenida de Mayo, Perú, la librería, el gran mesón de libros raros. olvido cosas mucho más importantes y recuerdo estas. compré Enero, de Sara Gallardo y El alma de Gardel. también un tercer libro que se borró de este recuerdo. ¿quién sabe cuál sería? podría inventar un nombre para el relato, pero he olvidado y he vuelto a este libro que desde anoche releo, a Avenida de Mayo, a la plaza, a Perú, porque son así los recuerdos, dictadores, imágenes fascistas y reiteradas, señales de algo que no hace falta entender.
"Me parece absurdo poseer a una mujer sin haber intimado antes, compartido antes, algo de nuestros mundos, para que el sexo no sea puesto en evidencia en toda su miseria, es decir, me parece absurdo no hacer propiamente el amor". ML
"Ya casi no se usan, normalmente, los portaligas, y es una pena, porque permitían que quedara al descubierto un buen trozo de pierna, ese trozo de pierna situado entre el final de la media y el comienzo de la bombacha. Ahora se utilizan medias-bombacha que lo cubren todo, y se pierde la visión de ese trozo tan especial de la carne" Jorge Mario Varlotta Levrero, El alma de Gardel

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