Le diría "qué me bardeás".
Queda cool.
Pero no me creo.
Le diría otras.
Sé miles.
Pero es que me resuenan extrañas.
No sé saltar.
No sé saltar.
Me trabo en los pormenores.
No sé pasar del primer "me voy"
a la puerta de calle,
de la entrada al postre,
de la entrada al postre,
de las miradas a la cama.
No sé.
Me derivo.
Disecciono acciones milimétricas.
Disecciono acciones milimétricas.
Me pierdo en el detalle,
en la coma,
en lo insignificante.
Tal vez tendría que decir "huevadas"
pero me siento impostada.
pero me siento impostada.
Vieja.
35 era vieja cuando 14,
"en el 2000 voy a tener 25".
35 era vieja cuando 14,
"en el 2000 voy a tener 25".
Tendría que haber volado el planeta en el 2000.
Inmortalizada en la juventud eterna estaría.
Diciendo fumá,
bardo,
me cabe.
Ahí sí podía lo coloquial.
Ahí podía amar a saltos.
A zancadas.