no quiero parecer estúpida en lo que sigue. bah, no me importa lo que parezca. sucede que vine a buscar entre mis escritos unas frases que marqué en La novela luminosa hace una semana, y, para bien o para mal, las frases existían, quiero decir, yo había escrito -sin saber- percepciones que son, fueron antes, percepciones de ML. otra cosa que me sucede, cambiando de tema, es que una muela se me desclava. cada vez que almuerzo o ceno, sobre todo carnes, y hace más de un mes -debería aclarar- la corona pegada al perno se sale de mi encía. es bastante sexual la situación. el perno entra y sale de la cavidad generada en el hueso maxilar por mi dentista, sobre todo cuando masco chicle, y esto genera que un cierto "gusto", un vaho algo podrido debajo del clavo, se disperse por toda la cavidad bucal cada vez que la corona baila. hará dos años me pasó lo mismo, y terminé tragándome la falsa muela. luego de eso soñaba a diario que el perno se me clavaba en los intestinos y, durante esa misma noche, moría desangrada sin enterarme. claro que no pasó nada, jamás, y que tampoco volví a ver aquella muela de porcelana fría, ni intenté hacerlo, como se estarán imaginando. espero no vuelva a pasarme lo mismo esta vez, digo, sobre todo, porque ya no tengo la prepaga que tenía y hacerme esa corona debe salir más de cinco mil pesos. algo más. hoy que es feriado -todavía- pinté con acrílicos la máquina de escribir Olimpia que me regaló mi madre hace unos años. ella aprendió dactilografía en las Academias Pitman con esa "maquinita". así le dice mi padre a cualquier aparato mecánico o digital con el que ha entablado alguna relación afectiva: "maquinita". ahora la Olimpia es de todos colores y está en el estante de abajo de mi biblioteca. de paso, cuando la ubiqué en ese lugar central de mi casa, reacomodé libros y pasé un trapo a los estantes. volvió a sorprenderme un hecho nimio. en el primer tomo de la Antología del cuento extraño, seleccionada y traducida por Rodolfo Walsh, en 1976, hay un cuento de Rosa Chacel; la escritora tantas veces referenciada en La novela luminosa de ML. nunca había leído su cuento En la ciudad de las grandes pruebas, es más, creo haberlo salteado deliberadamente. compré esos cuatro tomos, de colores distintos, hará unos diez años, en el Parque Rivadavia. es esa época era alumna de Castillo, y creía que la posta era escribir un cuento genial. la trama de Chacel no es del todo atractiva, pero su prosa es muy buena, y su biografía merece que la quiera. me resultó increíble pensar cómo una escritora que hace unos años desconocí hoy se vuelve centro de atracción de un libro donde están Lugones, Tolstoi, Borges, y Guy de Maupassant, por nombrar algunos. Rosa Chacel. ¿qué me hace leerte ahora? ¿te vuelven cercana esas menciones en La novela luminosa? ¿te leo por aquella devoción que supiste generar en Mario Levrero? ¿o es sencillamente que me resulta rescatable este texto que acabo de encontrar lleno de ribetes y ornamentos? me odio por las preguntas que surgen al toparme con este cuento. pienso en cuántas minas como Rosa Chacel habrán pasado inadvertidas por la historia de la literatura. pienso en mí, inevitablemente, y aunque me mienta.
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"La obra sólo es obra cuando se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y alguien que la lee, el espacio violentamente desplegado por el enfrentamiento mutuo del poder de decir y el poder de oír". Maurice Blanchot
31.1.13
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