la escritura, como un río
lleva su agua hacia la totora
la fuerza irrefrenable de la constancia
la golpea a diario en la misma dirección
el tallo de la totora resiste
se dobla y vuelve a su sitio
hasta que más tarde, después
con los años se aburre del capricho
de la tensa manía de insistir
de volver al lugar determinado
la escritura, como un río
un devenir
ablanda la corteza del tallo
le quita resina, lo trabaja
lo vuelve flexible y laxo
y un día se afloja, la totora
por fin se deja mover
hacia el punto cardinal donde atardece
donde se ve la línea sobre el agua
donde el cielo y la tierra se empegotan*
donde la fiera ardiente cae desnuda
como un fuego detrás de las montañas
como un espectáculo holliwoodense
cuando está a punto, la totora
arremete el río arriba
la escritura desentierra su raíz
ceden las piedras
se abre el lecho
se arranca de cuajo
se deja
flotando sobre las aguas, avanza
dejándose aflorar, se afloja
sobre las letras que la arrastran, correntosas.
*empegotar: mazacote de dos cuerpos que podría armarse de la conjunción de buen vino y buena música.
.
"La obra sólo es obra cuando se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y alguien que la lee, el espacio violentamente desplegado por el enfrentamiento mutuo del poder de decir y el poder de oír". Maurice Blanchot
7.11.12
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
antes
-
►
2018
(10)
- ► septiembre (1)
-
►
2015
(105)
- ► septiembre (9)
-
►
2014
(135)
- ► septiembre (11)
-
►
2013
(276)
- ► septiembre (19)
-
▼
2012
(246)
- ► septiembre (21)
-
►
2011
(368)
- ► septiembre (12)