.


"La obra sólo es obra cuando se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y alguien que la lee, el espacio violentamente desplegado por el enfrentamiento mutuo del poder de decir y el poder de oír". Maurice Blanchot

28.2.13

#sobrantes

la u de qé también está de más
qe
qien
qiero
al lado de la q no hacés falta, u
no marcás diferencias
no significás.

27.2.13

#madrugada

no se me caían los dientes. 
alguna vez soñé que me pasaba la mano por la encía y me quedaba con los dientes en la mano, íntegros. 
anoche no. 
anoche era distinto. 
mordía un caramelo duro, uno de esos caramelos de dulce de leche y chocolate, y al abrir la boca sentía algo extraño. 
un calor primero, una molestia.
con la uña intentaba despegar el caramelo hacia arriba, con cuidado, y esa muela se desarmaba en muchas partes.
esa y la de al lado y las de arriba. 
sólo me quedaban los dientes de adelante, los incisivos.
insistentes.
recuerdo haber sentido una angustia profunda en el sueño, un dolor en el pecho. 
también recuerdo que mi mano sacaba los pedacitos de muela, los tanteaba y al mover los dedos, los deshacía. 
fue muy muy aliviador despertarme 6:50, diez minutos antes de que sonara el despertador.

26.2.13

http://www.youtube.com/user/FundTEM?feature=watch

#enchastre

no me jode el óvulo, ser fértil, volverme madre, parir los hijos, cuidarlos, cambiarlos. no me jode alimentarlos y verlos crecer. no me jode, tampoco, que esa posibilidad exista mensualmente, que recaiga en nosotras, en última instancia, todo el peso de la situación. tampoco podría decir que la molestia es que se me hinchen la tetas.
¡cómo va a joderme eso!
me jode, en cambio, la forma. ¿no podría salir el óvulo limpio cuando me masturbo, o en pleno acto y punto? si la naturaleza es sabia —no voy a discutirlo— en ese punto la pifió.
ahí radica la real diferencia de género. el hombre tiene la posibilidad de fertilizar a cualquier hora, cualquier día, nunca. el esperma sale a pedido cuando el tipo ejecuta, o no sale. ¿te imaginás señores eyaculando una vez por mes, tres días seguidos, cuatro, como si estuvieran orinándose encima? es completamente humillante la situación. pasiva. conformista. eso me molesta soberanamente. que la naturaleza decida por mí, que el óvulo se dispare acompañado, que el cuerpo se adelante a preparar ambientes donde nadie se alojará. eso. que nada en el ciclo natural dependa de mí. que suceda pese a mí, al amor, al enamoramiento. que suceda —incluso— cuando no nos pasa nada, y, por sobre todas las cosas, que sea una mugre.

25.2.13

#leer

miércoles Pacha
jueves Los mudos
viernes Guardia con la joven
sábado y domingo vacaciones.

23.2.13

#subway

subió al subte y se sentó
rápido se sentó
primera
algunas personas en la terminal
millones en la estación de las combinaciones 
una mujer con un tajo en la mejilla
una señora mayor
una pareja a los besos
dos chicas con carteras de Prune
unos morochos, compañeros de trabajo
una minita con un bebe
otra gente sin rasgos particulares
pibes con anteojos
mochilas entre los pies
recambio en Callao
mujeres policías
y ese asiento vacío
todo el tiempo
un espacio libre
inocupado.

22.2.13

#n

estoy
muy
cansada.

21.2.13

#el pasado

V promete prestarme La banda del ciempiés de Mario Levrero. yo escucho su nombre, asocio una situación y se me viene, implacable, el momento de La novela luminosa en que ML narra cómo Chl sueña algo que él está haciendo en otro lugar y otro tiempo, para ella. a veces yo también me encuentro en ciertos pasajes casi igual de paranormales. cuando me doy cuenta de ese "otro orden de cosas" trato de no tomármelo en serio. por ejemplo, hace unos años escribí el título de un cuento que, sin saberlo, anticipaba la hora exacta de algo iba a pasarme en 2013. algún día, tal vez, pueda explicarme mejor.
el otro gran suceso del feriado lluvioso de hoy fue que ordené mi archivo de fotocopias y encontré un sobre con poemas tachados. todos decían "no", y una raya los cruzaba en diagonal, de punta a punta. estaban fechados, titulados, doblados a la mitad. algunos eran del 90, la mayoría del 92 y 93. estaban escritos en hojas de cuaderno espiralado, en votos del partido socialista, y en unas hojas verdes, de la primera impresora que compró mi papá. entre las pila había un listado de las materias del CBC y un guión del pesebre viviente de ese año. osada, había intentado ponerle música a un poema, lo delataban los tonos sencillos, en color rojo, que había escrito entre verso y verso: re, mi, la. leerlo me hizo recordar aquella estúpida melodía. todo rimaba. todo era dark, punk, triste. una pulsión de muerte salía de esa parva de papeles amarillentos, tachados y dispersos. la palabra amor pedía auxilio a todo grito. abusada, dejaba de tener algún sentido. lo extraño es que nunca haya tirado esa pila inmunda. ni cuando me vine para Almagro, ni en las posteriores mudanzas, ni ahora, que vuelvo a dejar todo como estaba, y lo guardo en su caja, segura del desastre de conservar tanta mierda, como quién nunca termina de arrancarse el cordón a ese lugar de lo que fue.

19.2.13

#deliriumTremens

un día que no escribís
no es un mal día
es
un no día.

17.2.13

#viaje en bici al barrio

iba a lo de mis viejos en bicicleta.
de Caballito en adelante, la avenida Alberdi te catapulta. vas en bajada, casi volando. pero como todo lo bueno se termina, después del empujón vas a parar al empedrado. no hay que agregar qué difícil es pedalear en esas calles. así que volanteé a la izquierda y busqué una paralela. la mayoría están asfaltadas, si obviamos los baches, pero las bocacalles siguen siendo de puro empedrado. de todos modos me lo tomé con calma, reduje la velocidad y subí la música. ya estaba transpirada y pedaleaba con cansancio. en eso veo un tumulto de gente, todos pibes, están tomando birra en una esquina. cuando me acerco un poco más uno de ellos grita, "dale, Rulo, dale", y de entre los autos aparece un morocho, de espalda triangular y camiseta de Boca. la banda agita y el morocho me espera en pose de "corredor de maratón a punto de largar". cuando mi bici pasa por donde él está agachado, arranca la carrera. oigo el disparo al aire, imaginario, y giro la cabeza hacia atrás saludando a la hinchada con la mano. todos se ríen y chiflan. "correá, Rulo, corré"; "es tuya, aguante el Rulo"; y el Rulo llega hasta la otra esquina jadeando, en un pique; sin adelantarse ni quedarse rezagado. yo igual aflojo un poco la pedaleara, me voy riendo, juego con ellos. son lindos los hombres, hacen cosas lindas.

#leer

no leí, no escribí, no reseñé en todo el día, fui madre, amiga, ama de casa. compré las carpetas para el cole de mis hijos. no leí, no escribí, no cociné. pedí empanadas y lavé los platos. rompí una taza y un platito de café. recibí a unos amigos, pensé en E ¿qué me habría dicho del "accidente" de la tacita y el plato? ahora aterrizo, busco un libro en la imagen mental de mi biblioteca. sé ir hasta ella sin luz, tomar el libro del estante sin buscarlo. un libro que ya leí, que está afuera de los planes. puedo leer de corrido, salteando, volviendo atrás. mi libertad incluye no escuchar lo que diga cualquiera. sí, escuchar, pero saber escuchar, romper, no tragar sin masticar. decisión es saber a donde voy, sin que importe lo que se ve, haya o no camino en esa dirección. 

15.2.13

#gritos mayúsculos

se entiende.
sé que escribo con minúscula y se entiende.
títulos y sustantivos propios valen más si la mayúscula se les reserva en exclusiva.
no hace falta ese grito al inicio de la oración.
es innecesaria, desluce el párrafo, no señala nada que deba distinguirse.
porque además la mayúscula sobreactúa.
es como esa gente que comienza las frases con un tono de voz más alto
y se desinfla hacia el final.
visualmente el texto minúsculo se ordena mejor y es más compacto.
claramente pertenece al mundo íntimo y delicado de la escritura femenina.
clímax, aunque encabece un párrafo, debe escribirse con minúscula.
clítoris, cima, caricia, beso, ansias, silencio, dedos, siempre, sentidos, canciones, y la lista sería infinita
porque todo cabe en el mundo íntimo del propio idioma, todo salvo las mayúsculas.

uso ese grito inicial cuando me obligan
cuando publico en los medios
cuando le presto mi cuerpo a las instituciones
cuando hago guiones
cuando hay distancias
cuando recibo dinero a cambio de escribir.

mi escritura es minúscula cuando quiere ser mejor
entre las paredes de este blog solitario
en mails que confecciono con cariño
en las notitas de mi celular.

mi escritura es minúscula porque no pretende
y es en ese punto, a la vez renuncia, donde crece libre y fuerte.

voy a escribir mi diccionario; como tanto otros, pero el mío.
voy a inventar un alfabeto donde quepan las más absurdas contradicciones
so-ni, como punto de partida.
voy a dar forma a una mujer
                         a una madre
                         a una escritora
que no se parezca a ninguna otra
ser un medio que a la vez es el mensaje
minúsculas siempre, como punto de llegada.






12.2.13

#martes cual domingos

son días largos, es feriado de carnaval, avanzo un cuento a paso lento, releyendo cada párrafo, ajustando el lenguaje para olvidarme de la realidad.
no tomo un trabajo freelance que me ofrecen vía Skype, ya lo conté.
armo una cena de escritoras, cuido a la gata de V, leo a Ramiro Sanchiz, le hago un comentario, recuerdo a Levrero.

ensayo canciones suaves acompañando el ukelele.
V ejecuta cada vez mejor.
el ukelele es la banda de sonido de estos días.

tengo olvidado este diario on line.
debería dejar de escribirlo.
iba a ser mi Diario de enero y sin querer lo estoy siguiendo.
ayer me puse un nuevo dead line: el comienzo del ciclo lectivo.
también me propuse terminar El año del desierto, de Pedro Mairal, y la escritura del cuento que apenas tengo empezado. pero el libro de Mairal se me hace imprescindible; inspiradora lectura previa al acto de escribir. sus observaciones ajustadas dibujan imágenes en mi cabeza, sobre el aire, y entonces suspendo el apuro y apoyo el libro en mi mesa de luz, leo partes de capítulos y anoto, me repito cierto ritmo de las frases y sólo entonces intento lo mío.
igual el cuento avanza lento.

mi hija me habla de Arriety y le construye una casita con cajas y cartones. después pone un Playmóvil a jugar, y hace con su voz la del personaje en miniatura.

me gusta la palabra "poroso", la dicen Ana Ojeda y Juan Terranova.
"poroso".
suena inteligente.
pero en mi boca parece impostada.

hice unos cálculos de peso y metí Géminis, de Janza, en la cartera que llevo al trabajo. trataré de leerlo en los viajes en subte y a la hora del almuerzo. en estos días, además, debería reseñarlo; igual que otros dos libros que dejé en el banco del baño de esta casa.

no se escuchan las comparsas por la ventana que da a la calle y el Pachi abrió muy tarde, recién hoy.

entro a tuiter y me maldigo, es infinito el tiempo que se me escapa, se me pierde, se me escurre entre los dedos. carísimo tiempo que elegí no hacer dinero, para escribir.
esta tarde me quemé dos dedos con una taza de loza hirviendo.
Santiago Loza estrena La mujer puerca en el Espacio elefante, a dos cuadras de mi casa. en breve iré a verla porque nadie me lo pide y se me antoja.

no sé cómo voy a tocarme.

tampoco salgo, finalmente a andar en bici, como dije.
temo que el viento en la cara, el auricular en los oídos, y estar sola, destruyan mi frágil equilibrio emocional. googleo cuentos que ya leí: Tripas, de Palahniuk, y Poison Heart, de El Tigre Oyola.
pienso que tengo un poco abandonada mi poesía.
pienso también que nunca nada deja de pasar.
que algo de todo esto estoy por aprender.

11.2.13

#sábados, domingos y feriados

me escribe un ex compañero de trabajo, radicado en un país de corte capitalista, ascendido a clase alta, pelo largo, bastante facha, dos idiomas o tres, puesto jerárquico en una agencia de publicidad. obviamente me escribe por trabajo. 

—hola, Leti, tanto tiempo, cómo anda la flia, tengo un freelo si te interesa, contame en qué anda tu vida.
—ey, qué bueno saber de vos, tanto tiempo que no nos vemos. contame de qué se trata, siendo trabajo siempre es bienvenido.

el intercambio de mails terminó en una reunión vía Skype, con otro integrante de la agencia, del área de cuentas, llamémoslo N. siendo sábado, víspera de un feriado, pedí que la reunión se haga al día siguiente, con la fresca, dije, "desde las ocho puedo estar disponible". por supuesto mi pedido no fue escuchado y el mismo sábado a las once de la noche, mientras mi padre sacaba el asado de la parrilla y el resto de la familia tomaba unos hermosos vinos de doce pesos, yo respondía el llamado vía Skype desde mi teléfono celular.

me hubiera gustado preguntar al toque; —che, negro, ¿cuánto hay?— pero antes de quedar como una angurrienta, preferí escuchar de qué se trataba.

N, cual Moisés con las tablas de la ley, desplegó una inmensa cantidad de datos y, al minuto de iniciado el contacto telefónico, me pidió que pasemos a la compu. yo pedí silencio en el patio y, mientras mi máquina se iniciaba, me serví agua, le puse hielo, me arreglé el pelo y me ubiqué en la mesa del comedor.

apenas abrí el Google Crome tenía cuatro mails de N en la bandeja de entrada. en uno había un video, en otro varias fotos de un boliche bastante oscuras, en el tercero un documento de Word, y en el cuarto un pdf comprimido linkeado vía We Transfer. como estarán imaginándose a esta altura yo seguía preguntándome; —che, negro, ¿cuánto hay?—. de todos modos decidí parecer civilizada y no abrí la boca. sonó la ringtone de mi Skype y atendí la llamada enseguida. mi madre entró a preguntarme si ya terminaba. —esto recién empieza, ma—, le dije, —hola, qué tal, N, yo te escucho bien ¿y vos?

N peló un habano y vomitó un estilo de vida impecable. quiero decir, mientras pintaba de punta a punta los hábitos del target, me hizo saber quién era él, en realidad, qué actividades hacía y cómo hay que hablarle a esa "clase" de consumidores. por lo que entendí hasta ahí el trabajo era para un whisky. N se acercaba a la cámara, se batía el pelo y abría los ojos. después fumaba y bebía de un vaso bajito, que parecía pesado. atrás suyo, el fondo de la imagen dejaba ver una pared blanca sobre la que colgaba un estante exótico, blanco también, con dos o tres libros de diseño.

—Ellis es una marca top. por ahí en Buenos Aires no la conocen, pero acá la rompe. compite con Jonnie Walker, para que te des una idea. ¿Conocés ese whisky? 

yo iba a decirle que sí, que en una clase de poesía que dictaba Carlos Godoy el año pasado, los lunes en el CEC, casi nos tomamos media botella que nos dio Gogui en menos de una hora; pero mejor no dije nada. ni eso, ni —che, negro, bancá, antes de contarme todo, ¿cuánto hay?

N, pelo batido, exhalando humo en la camarita de su Mac, me explicó que el whisky se toma solo y que en esta "activación" le estamos hablando a tipos que gastan entre 550 y 1000 dólares por noche. 

—es un target AB, ¿entendés? gente con dinero, y a la vez mucha cultura, gente que tiene y gusta de mostrar lo que tiene.
—ajá.
—tenemos que activar en tres centros de consumo—, y me tiró los nombres de los lugares y las edades de los grupos. 
—las activaciones tienen que ser atractivas e impactantes.
—ah, ok, yo tengo que pensar las activaciones.
—¡claro! uy, no te dije, empecemos por ahí—, se corrigió. 
—tenemos que hacer ruido en los boliches de moda. si voy muy rápido parame. 
ahí nomás casi lo corto para decirle, no vas muy rápido, vas muy lento, papi, ¿cuánto hay?— pero no, seguí poniendo cara de quien está escuchando seriamente.

—ojo, a estos pibes con una modelo no los arreglás, por más que sean súper modelos carísimas. ¡no! acá hay que pensar en grande; pantalla de leds, proyecciones, exuberancia. nada de stands, o la típica idea de regalar vasos de vidrio. necesitamos ideas que no invadan al target objetivo, insights. porque este tipo es un empresario que no sabe qué hacer con su guita. ¡nada de hieleras o esas cosas, como regalar destapadores, o que el barman haga alguna gilada en la barra! estas son fiestas exclusivas. ¡ah! y es muy importante que uses el color cobre, porque el producto se destila en barricas de cobre. la idea es que pienses excentricidades.

creo que fue justo cuando dijo esa última palabra que yo me paré, fui hasta el ventilador de pie y lo puse fijo, mirando mi silla. 

—sorry, le dije cuando volví, un poco para no decir perdón. no sé allá, pero acá hace un calor tremendo.

el flaco siguió hablando. nunca registró mi salida de cuadro y mi vuelta a la cámara. dijo que apenas terminado el feriado de carnaval tenía que tener el trabajo listo y que el tema guita iba a hablarlo con otro, mañana, porque él no toca el temas guita. después le pegó otro beso al vaso y una pitada profunda al habano, lo hizo casi a la vez.

mientras él terminaba con las aclaraciones del caso yo pensé en la típica situación de boliche, el millonario en el sofá, todo oscuro, los gatos rondándole, una mina en calzas tipo leopardo justo sentada en el sillón de enfrente, el tipo que pide el producto y cuando la camarera se lo sirve —y él lo prueba— le agregamos una mina vestida igual, de calzas de leopardo y tetas bien expuestas, sentada justo al lado de la otra. no es tan complicado, traté de convencerme, habría que reclutar muchas parejas de minitas, hacer un casting de gemelas, y la degustación podría terminar con una escena lésbica entre ellas, cuando el tipo prueba el segundo trago. 

por supuesto no dije nada en el momento, y me guardé la idea para trabajarla después.

ok, ok, finalizó la charla de una hora, y los dos nos desconectamos.

en el patio, mis viejos ya estaban juntando las copas de la ensalada de fruta. me quedé pensando si esa punta era realmente una buena idea, qué pasaba si la redondeaba un toque más, la guionaba, se la mandaba a mi director de arte amigo, y en dos semanas cobraba la mitad de la guita que hubiera.

volví a Almagro con la cabeza revolucionada. —algo me cayó mal, comí rápido—pensé, y me tiré en la cama para darle unas vueltas al asunto. seguía sin saber cuánta guita iban a pagarme. todas las ideas que se me ocurrían tenían la forma de lo que el tipo iba a querer escuchar. soy una mujer pensando como si fuera un hombre, pensé, y me di cosa.

soñé toda la noche con vasos de whisky y modelos pulposas. a la mañana siguiente un mail tiraba la sensual y tentadora cifra en dólares norteamericanos. sólo tenía que prestar mi tiempo, jugar a que se me ocurría algo genial, convencerlos a ellos de que esa idea era brillante. a cambio iba a recibir casi el monto de un mes de trabajo. sólo tenía que ponerme al servicio de una mente chata, hueca y deslucida. canjear mi poco tiempo libre por unos dólares, sacar la cabeza de mis lecturas, y mis textos, para dar forma a alguna acción misógina. ese era el precio. lo supe después. el precio de correrme del marginal proyecto de escribir un cuento, o tal vez un par de poesías.




10.2.13

#definiciones

un beso
es eso que
tiempo después
cuando ponés la carne al horno
todavía sentís en el cuerpo
como una onda expansiva.

9.2.13

#mute

soñé que levantaba una pared. fue un sueño perturbador, y a la vez un gran sueño. apenas abrí los ojos pensé que era uno de esos chinos que soñás para interpretar después, para llevar a terapia e iluminar una parte incomprensible de tu realidad. había una pared a medio hacer, ladrillos, cemento, un balde bajo y una pala mezcladora. me desperté muchas veces. transpirada, aturdida, sonriente. en una puse el ventilador, en la siguiente me duché, en la siguiente fui a buscar un vaso de agua, en la siguiente me comí un chocolate, y aunque en el sueño creo que lloraba, al despertarme estaba distendida, no sentía esa angustia en el pecho que amanece a diario conmigo. esta vez estaba en paz, recordaba el sueño que era siempre el mismo. no sucedía el zaping de otras noches, ni la condensación, ni el desplazamiento, ni las realidades deformadas. estaba sólo yo, levantando esa pared, mezclando el cemento, pasando el fratacho. después de esa acción, nada. mi sueño era simple, armónico, cristalino. como el vaso de agua que traje hasta mi mesa de luz. lo veía con claridad, y lo recordaba a la perfección cada vez que me despertaba. la única cosa extraña que detecté fue la repetición. cada vez que volví a dormirme —como en un folletín de Alejandro Dumas— volví a soñar la siguiente entrega. pero la viñeta no cambiaba, la historia no terminaba de contarse. de igual forma, en idénticos plazos y disposiciones, todo se repetía y yo gozaba. sólo variaba la música de fondo. no recuerdo, —no puedo saber— si en mis sueños hay voces y sonidos. de hecho pienso que sueño en silencio, como una tele en mute. tampoco sé si alguna vez hubo en mis sueños una canción. ni de fondo, ni protagonizando la escena. eso también hizo de mi noche una noche hermosa, pacífica. una música desconocida, que cambiaba entre un desvelo y el siguiente. eso sí cambiaba. algo cambia a veces.

8.2.13

#puraficción

el plan era que venga a cenar la gallega capa que conocí de casualidad, trabajando en Timbre4, cuando las dos éramos asistentes de dirección; ella de una obra megafamosa, yo de la segunda tercer obra de un nuevo dramaturgo del under porteño. nos cruzábamos en el escenario, desalojando una escenografía y agregando otra, luego nos dábamos un beso, y volvíamos a vernos al viernes siguiente.
nunca supimos más que nuestros nombres.
hace dos semana la gallega me escribió por facebook. llamémosla por su nombre, Macarena, ya que nació en Madrid y no le cabe para nada el apodo "gallega". decía que hace unas semanas Macarena me buscó por facebook y me invitó a tomar un café para contarme un proyecto. "hagamos un ciclo", me tiró, y dejó ver unos síntomas neuróticos, parecidos a los míos.
Maca estudió letras en España y dejó la península hace casi diez años. llegó a la Argentina post debacle institucional, política, económica y social, y conoció a una persona que, no de casualidad, yo también valoro y conozco. Maca se vino con nada, salvo sus ganas de estudiar en una escuela de 600 alumnos, sin programas oficiales, ni habilitaciones permanentes. lo del ciclo me lo tiró en el café La Orquídea. después dijo que deje, que ella pagaba, que lo piense, que no hay apuro, que siga mi impulso, que ella siempre sigue sus impulsos, y que eso la ha llevado siempre lejos. [pongo ha llevado porque Maca usa con frecuencia esa conjugación verbal] obvio le hice caso. "no tengo nada que pensar", le dije ahí mismo, sobre el pucho, y de toque arrancó la historia que estamos desplegando.
la cosa es que anoche planeábamos cenar, conocer los pasados, tomar un vino que traería.
tipo siete entró a mi celular un mensaje de texto de una compañera. "vení a la oficina del jefe".
sin demorarme agarré el celular, mi cuaderno, mi lápiz, y salí hacia destino.
en la reunión crucé los dedos.
escuché, anoté, volví a mi escritorio, dispuse la mente, corrí unos papeles, me puse los anteojos, y comencé a escribir. antes de promediar la página miré el reloj de la compu.
19:30.
le mandé un mensaje a Maca y llamé a mi casa. "no seas puntual", le escribí a ella.
después leí el diario opositor, comparé unos datos, desgrabé un fragmento de un discurso, tiré un tuit, subí el volumen de la tele, y escuché a medias la cadena nacional. mientras lo hacía terminé de guionar. después envié un mail con el texto del guión y esperé una respuesta tomando té mientras miraba facebook. volví a tomar el teléfono y escribí otro mensaje para Maca. "tardá más de lo que pensabas tardar".
otra gente, en otra parte, leyó las palabras que yo elegí.
no me estoy quejando, pero a esas horas pensé que si tenía que volver a mandar un texto era porque la cena terminaría cancelándose.
mis palabras elegidas fueron bien vistas.
a esta altura puedo entramar perfectamente las palabras correctas.
las chicas de la oficina corrieron a la par de mis dedos tipeadores.
contactaron a una locutora, llamaron a nuestro animador, alertaron del apuro a los editores de imágenes. de pronto me di cuenta que la bici estaba en el garage de Balcarce. busqué el ticket y llamé por teléfono. cuando el tsunami pasó fui cruzando los dedos en busca de mi bici. el sereno me abrió la reja y me dejó sacarla. esta vez el llamado previo logró que a estas horas pueda disponer de mi vehículo nacional y popular.
volví a mirar el teléfono: 21:30 hs. me puse los auriculares, subí el volumen al palo y metí pedal a todo trapo. el microcentro estaba desierto. la luna iluminaba las calles. corría un vientito lindo.los cartoneros me tirotearon a piropos, y yo, mientras bajaba por Alsina, les contesté y sonreí. llegué un minuto antes de que la cena deba ser dejada para otra oportunidad.

7.2.13

#neurosis obsesiva

"todos los días es el fin del mundo", escribo en twitter, "pasa que es lento". no me parece una frase lúcida pero alguien le pone un fav y entonces la traigo acá, la copio y la pego, le cambio la tipografía y el tamaño para que no desentone con el resto de mi blog, la parte más importante de este farragoso mundo de redes sociales. otra cosa es que el word me marca como "error" la palabra Levrero. la subraya con una especie de olitas rojas, perfectas, en línea recta, justo abajo del apellido, ni antes ni después. y entonces yo agrego la palabra, con mayúscula, pulsando el botón izquierdo del mouse y eligiendo la opción "agregar al diccionario". pero el error "Levrero" no termina de integrarse nunca a la lista de palabras en serie. vuelvo a escribir su nombre y vuelve a señalarse el error y yo entiendo por qué esto es así, y le guiño el ojo a  la matrix del paquete Office, sito en alguna parte de esta virtualidad. me duelen los ojos, se me cansa la vista, frunzo el ceño todo el día. cuando miro la pantalla, cuando leo, cuando salgo a caminar y hay sol. dudo de qué voy a perder primero; si la vista o la memoria. ellas, mientras tanto, discuten en los ratos de dispersión mental: cuando viajo en subte al trabajo, o ando en bicicleta, siempre, aparece esa discusión y yo la escucho. las dos son generosas, una le cede el turno a la otra. yo sé que voy a perder ambas, antes, incluso, que el deseo sexual. creo que esto ya lo había contado. también escribo discusión con c. lo hago todo el tiempo y después lo corrijo, para que ustedes no digan que soy una bruta, una negra, o una groncha analfabeta. por último, por hoy, odio necesitar tanto de las comillas cuando "escribo", y leer tuits que me calientan.

6.2.13

#hijos, árboles y libros

los libros no son hijos. leo la frase en el facebook de mi editor. [pongo "facebook", sí, deliveradamente, con minúscula y en inglés. pienso en el término. no creo que esa palabra siga siendo una marca. de ninguna manera. ya es un sustantivo hace rato. así que la cargo en el diccionario de mi word. con minúscula y en inglés. no la vuelvo lunfarda. no me gusta feisbuk, por ejemplo, y no encuentro una forma mejor. queda así] vuelvo al comienzo. "los libros no son hijos". me gusta la distancia entres esas entidades autónomas que yo suelo pegotear. muchas veces pensé que mi pulsión materna había encontrado su cause en la escritura. —un pensamiento boicotero se cruza en este momento por mi mente: "¿a quién le importa lo que estás escribiendo?". me importa a mí, le contesto a esa fábrica de producir pensamientos paralelos, y sigo—. tomo un recuerdo para completar la idea anterior. mi padre eligió tener siete hijos. luego comenzó a plantar árboles. muchos. cada vez más. la terraza de su casa en Lomas del Mirador está llena de Álamos, Paraísos, Moras, Cedrones, Tilos y otras especies arbóreas. por las mañana sube a la terraza y riega cada maceta. en el lugar donde me escapaba a leer en la adolescencia ahora hay un vivero. la diferencia es que esos árboles no se venden sino que se regalan, o se plantan, donde haya una carencia o un lugar apropiado. "los árboles no son hijos", pienso. voy a decírselo a mi papá. también pienso que me agarró mucha hambre y que se está acabando mi hora de almorzar.   

los libros no son hijos
los árboles no son hijos
los libros no son árboles, ni hijos.
y esto no es una pipa.

5.2.13

#la azotea, o de los azotes que recibe mi cabeza

a veces pienso que en mi cabeza hay muchas fábricas funcionando a la vez, todas gozando de pleno empleo y de un altísimo nivel de productividad. 

la fábrica de pensamientos trabaja dieciocho horas corridas, de domingo a domingo, y hace un receso de seis horas, que algunas veces es de ocho. durante ese período en lugar de pensamientos fabrica sueños; un subproducto que muchas veces resulta más atractivo y "tangible". 

la fábrica de dinero busca información de forma paralela a los procesos que suceden en todas las demás fábricas. sus actividades principales son: detectar datos en una primera instancia y acumularlos ordenadamente -con posterioridad- en un espacio determinado y a la vez agotable. 

la planta central está abocada, principalmente, a la experiencia sensible. sus proceso productivo incluye: 1) detectar el transcurrir de una experiencia novedosa; 2) y casi simultáneamente, buscar el lado narrable de esa oportunidad de conectar interioridad con exterioridad y 3) volcar -en un momento conclusivo- la cristalización de esa experiencia volviéndola "palabras". muchas veces la experiencia sensible alcanza un grado muy alto de comunicación, es decir una llegada directa a las terminales ubicadas en las fábricas de otros cerebros. pero esto no siempre es así. muchas veces la cristalización es opaca y espesa, guardándose para otra oportunidad la capacidad comunicativa, y convirtiéndose en un texto intraducible, críptico e íntimo.

la  fábrica de maternidad está en pleno proceso de desmantelamiento. su nivel productivo ha caído, sin embargo, para no bajar la persiana, sus productos están siendo re-diseñados. los nuevos prototipos de pensamientos maternales son más livianos, efímeros y de alcance puntual. pese a ésto a la vez conservan su calidad amatoria intacta y sumamente concentrada.

la fábrica de femineidad abrió sus puertas hace pocos años y acaba de entrar en su etapa de mayor productividad. por una parte ha dejado de lado su finalidad decorativa y se ha erigido en una plata propia, autogestiva y autónoma, alejándose del objetivo de intervenir en cada uno de los otros procesos. trabajando para sí misma está alcanzando altísimos niveles de auto-satisfacción.

si bien en general este complejo sistema productivo se despliega de modo homogéneo y sin complicaciones, por épocas puede no funcionar "aceitadamente". quiero decir: muchas veces una fábrica sobreproduce a niveles corrosivos para el resto del sistema y esto repercute en las producciones de los demás sectores. lo ideal, como en todo sistema integrado por subsistemas, es conseguir una tendencia estable hacia el equilibrio.



4.2.13

#regales

describió los nogales cargados
repletos de nueces tiradas en el pasto
las varas de hierro, con que golpeaba las ramas
hasta avispar al dueño de la finca:
-che, pibe, ¿qué hacés?
me aclara que es un "pibe"
que él tendrá doce o trece años
y marca la altura en el aire
más o menos
sacude la mano señalando.

se hace una luz delante de sus ojos
se le restan a la cara unos ochenta
años, y arrugas de expresión
los que vinieron después, así de pronto.

y estamos todos en el cerro, ahí, con él
en Catamarca escuchándolo contar
y él corre y grita
lo veo sin mis ojos, en la pansa de mi vieja
desde un óvulo.

lo veo correr, juntar nueces enormes
regadas en el pasto, alfombra amarronada
así, repite,así de enormes
y hace el gesto de tamaño con los dedos
y junta las nueces
y estira su remera
en los cinco minutos que le regala el de la finca para juntar.

2.2.13

#mear fuera del tarro


1. No quiero ofender.
2. Discutir debería ser una práctica más frecuente y mejor vista.
3. Aguante numerar los párrafos.
4. Silvina Boschi meó fuera del tarro.
*
Quisiera poner el ojo sobre cierta “opinión” que la periodista Silvia Boschi despliega en la nota Duras, Austen y el alma de la escritura que perdura (Revista Ñ, 2/2/2013). Olvidemos la cacofonía del título. La nota intenta hablar sobre la crisis del libro y la democratización de la cultura, informando unas cifras lejanas y vacías. Dos números con muchos ceros son todo el argumento que se esgrime para poner en valor cierta “buena literatura”. Por un lado los millones de dólares que la Biblioteca Nacional de Francia (BNF) estaría dispuesta a pagar por recuperar un manuscrito del Marqués de Sade, y por otro, la cantidad de ejemplares al año que sigue vendiendo en Gran Bretaña la exitosa novela de Jane Austen: Orgullo y prejuicio.

5.000.000 de dólares por acá, 50.000 ejemplares por allá.

Lo raro es lo que Boschi concluye, a partir de estas abstracciones. Textualmente dice lo siguiente: “Más allá de la famosa crisis del libro y de la saturación que están provocando los medios digitales, donde tecno-democráticamente todo el mundo escribe, habla y opina, y cada frase es subida al ciberespacio, la literatura en serio es otra cosa”. Y ahí, entonces, justo después, es donde cita a Marguerite Duras. Boschi usa una cita del peor modo que una cita puede usarse, es decir, para poner en boca de un autor ideas que ese autor jamás quiso decir. ¿Quién soy yo para interpretar qué pensaría Duras sobre el libro digital? Por supuesto que nadie; nadie más que una lectora interpretando en las antípodas de una periodista.

Vamos por parte.

Si el debate va a derivar en que imaginemos qué hubiera dicho Duras sobre el libro digital, permítaseme insistir en que ella jamás intentó ser una escritora seria. Su estilo apasionado, salvaje e impredecible dejó ver un deseo por “decir lo que tenía que decir”, como objetivo prioritario, incluso previo a la forma de narrar. 

En el mismo libro a que hace referencia Boschi, titulado Escribir, Durás dice: “Hallarse en un agujero, en el fondo de un agujero, en una soledad casi total y descubrir que sólo la escritura te salvará. No tener ningún argumento para el libro, ninguna idea de libro es encontrarse, volver a encontrarse, delante de un libro […] la persona que escribe no tiene idea respecto al libro”. (Durás, 1994)

Francamente no hay modo de hacer que ese texto de Duras sea un argumento en favor de una “literatura en serio”, o de una “literatura para algunos”. 

Por otra parte, tampoco imagino a una autora políticamente comprometida con la Resistencia francesa cuestionando un momento histórico en el que “todo el mundo escribe, habla y opina”.  

Lo disonante, lo hasta –podría decirse- políticamente incorrecto del planteo de Boschi, es ese descuido en el uso del lenguaje. Sobre todo del término: “tecno-democracia”. ¿Qué te jode, Boschi, que yo escriba una réplica que, seguramente, no vas a leer, ni vos, ni una décima parte de los que leerán tu nota mañana? Porque “escribir”, “hablar” y “opinar”, -obsérvense los verbo que discutimos- no debiera cabernos a todos? Me pregunto qué tan “serio” hay que ser para decir algo y subirlo a la web. Me pregunto también: ¿qué mal pueden hacerle a Los Rolling Stones que exista Macaferri y Asociados? O a Messi, ponele, que mi hijo Octavio juegue en la quinta de Ferro y haga unos goles malísimos. Nada, che. Cae de maduro.

La nota de Boschi termina hablando de aniquilar cierta "ostentación", para lo cual nos recuerda que en la lápida de la escritora francesa sólo figuran sus iniciales. ¡Humilde Duras! ¡Justo Duras, la que en uno de sus tantos exabruptos llegó a discutirle a Mitterand ser  más famosa que él!

#almuerzo

soy una paranoica al revés, quiero decir, de movida pienso bien de la gente, de sus actitudes, de sus movimientos. pienso que me quieren ayudar y se me ocurren tramas ilógicas cuando me pasa algo bueno en la vida. un día, por ejemplo, inventé que mi ex jefe, un misógino de gran calado, había levantado el teléfono para ayudarme a conseguir laburo en otra agencia, nada menos que al día siguiente. claro, como iba a ser mérito mío que en sólo 24 horas ya estuviera trabajando en un lugar mejor y ganando más dinero. recién, mientras lavaba la lechuga, pensaba estas cosas. raro.

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