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"La obra sólo es obra cuando se convierte en la intimidad abierta de alguien que la escribe y alguien que la lee, el espacio violentamente desplegado por el enfrentamiento mutuo del poder de decir y el poder de oír". Maurice Blanchot

29.11.10



la chica que no hay que copiar,
pero se nos metió en las venas.

la posta


por qué no necesitar más simple
un día sin sobresaltos
una tarde al sol, tirada
una cerveza.

por qué no sentir trascendente
que el gato respire bien
como la pareja de gordos, hoy,
en el parque Centenario.

la vuelta loca enroscada
no me hace más cool, más sabia,
la posta la tiene mi vecino
que se levanta a las 6, y toca el piano.

22.11.10

la imagen del día

Mirtha Legrand, en entrevista a Ingrid Betancourt, diciendo: "contame de las primeras fiestas en la selva. ¿No había árbol de navidad, nada?"

18.11.10

Justo Navarro, cierra el prólogo de "El cuaderno rojo" de Paul Auster, así:

"descubrir el poder del azar es descubrir que somos terriblemente frágiles y vulnerables, que dependemos de la casualidad, que una coincidencia estúpida puede destrozarnos en un segundo. Que una palabra estúpida oída por casualidad también puede fulminarnos. Recordar que las personas son terriblemente frágiles es una obligación moral: Paul Auster dice que es cazador de coincidencias por obligación moral".

17.11.10

otra Leticia Martín. pero esta es física, cuentista, y de las islas Canarias


Leticia Martín Hernández nació en Santa Cruz de La Palma, en 1975. Es física, traductora y cuentista. A su regreso a Canarias, en 2005, después de varios años viviendo primero en Londres, luego en el norte de Holanda y por último en Ginebra, comenzó a escribir cuentos bajo la tutela de Ignacio Ferrando y Juan Carlos Márquez, profesores de la Escuela de Escritores de Madrid. En 2007 obtuvo el primer premio del certamen «Biblioteca Villa de Adeje» con el relato «Soledades», incluido en La ecología de las arañas. Más tarde, en 2008, consiguió el primer premio del concurso «Cuentos del Agua» organizado por la Exposición Internacional de Zaragoza. Jorge Edwards, Javier Tomeo, Lorenzo Silva, Andrés Neuman y Soledad Puértolas fueron miembros del jurado. La ecología de las arañas (Ediciones Idea, 2010)es su primera recopilación de cuentos.

me compré un libro porque estaba al lado de otro que me gusta mucho.

14.11.10

el gato de mi vecino toca el piano

Klimt le pusimos
pero es del vecino
un poco nuestro
de todo el barrio.

Male lo llama
lo carga en brazos
la cara exultante
me arranca una sonrisa.

con qué poco a los 9
se puede ser feliz
con algo que no es
propiedad privada

con las rayitas negras
del lomo hasta la cola
sin raza, sin razón
sin nombre hasta recién

con los bigotes blancos
que sólo ven sus ojos
limpios ojos miel
de mi chiquita enorme

que se sienta en el sofá
lo carga en brazos, dice
ma, escribile algo
al gato del vecino.

13.11.10

paradógicamente, Medea puede alegrarme el día.

ambigüedades

no es que no
me sale romper
arruinar nada
que esté a medias puesto.
puesta parezco mejor
miento quescribo y quepienso.
veintiseismil veces el rock,
ventiluz a mis deshechos.
cabeza en saturación
vino que recorriendo.
no es que no
me guste coger
es que no
quiero quererlo.

5.11.10

Sobre la propaganda política

Me dicen que el Gobierno no puede usar los Medios del Estado para hacer propaganda. Que se muestra una parte, que se embellece una política, y se esconde otra. Y que eso no es correcto.

Lo pienso en serio, le doy vueltas al asunto y me acuerdo de otras épocas. De mí en los rodajes de los ´90, en el emporio del despilfarro neoconservador, buscando palabras atractivas para vender las promos con regalos que eran clavos de las empresas, clavos con brillantina, disfrazados de regalo con moño para que los consumidores gastaran sus buenos pesos creyéndole al falso 2x1. Me acuerdo de los planes de Speedy, armando el combo para que pareciera ahorro lo que era gasto, aumento de tarifas encubierto. Me vienen imágenes como la cámara lenta sobre la leche que era pintura blanca,  los bebés felices que se filmaban usando los pañales de la competencia, y la grasa de los platos que salía tan rápido porque era apenas polvo de café.

Entonces, para no seguir recordando mentiras, puestas en escena cuyo exponente máximo sigue siendo el tipo que gana minas porque se fuma los restos de la nicotina del primer mundo, o la mina que se vuelve Valeria Masa porque toma agua sin gas, busco mis argumentos de por qué sí me gusta estar acá, contando una política, mostrando una cara no tan bonita. Y es que me cansé de que la tele, o la tanda, sean privativas. Propiedad pura y exclusiva de unos pocos que sí pueden mentir.

Uno sabe que la salsa natural de tomate tiene conservantes, y que los productos light no lo son tanto. Para eso sí "la gente" tiene capacidad crítica. Para lo demás no. Para imaginar que en una cooperativa puede haber madera en el piso, clavos tirados, no. Ahí estamos mintiendo, exagerando, mostrando sólo lo que nos conviene. Es verdad, no mostramos la grasa de una mano, el aserrín por el piso de una maderera o los mocos en la nariz de un bebé. Los mostramos como mejor podemos, igual que las empresas, que imprimen en papel más caro las etiquetas de sus productos para poder acercarles la cámara, o que eligen una por una las galletitas que van en el pack final del comercial.

¿Es mentir mostrar el lado lindo de una política? ¿Está mal que queramos exhibir nuestro mejor perfil? Claro que no. Segurísimo que no. La comunicación es puro punto de vista. Es lo que creemos, en lo que confiamos. Yo no quiero un país con una falsa programación televisiva, con un falso juego democrático. Prefiero toda la vida a 6,7,8 diciendo su verdad, y a TN diciendo la suya, que a los paneles del griterío. Porque a la larga los hechos hablan solos, y porque además prefiero analizar después de ver, yo solita, sintetizando lo que me dicen con mis propias herramientas. Prefiero que dejen de masticarnos la comida, de decirnos que “este es el debate” o que tal o cuál es un programa objetivo. Porque esa es la gran mentira que se esconde atrás de cada mensaje. La falsa objetividad de los que traen a una mesa de debate a varios pensadores, dándole el micrófono al que les conviene ya no engaña a nadie.

Las audiencias no somos tan ingenuas. Y no es una novedad lo que estoy diciendo. Desde los años ´80 se viene escuchando este verso. Tan viejo es que algunos de los que lo esgrimían ya pasaron al otro lado de su propio discurso.

Ahora cada vez más “gente” estudia, se forma, va a la escuela. Los tontos culturales no son tantos, los pibes en las escuelas son más. Quienes quieran poner en duda esto pueden hacerlo, pararse y decir lo contrario. No nos asustamos. La realidad, que sí es objetiva a diferencia del discurso, los números que son cantantes y sonantes, están de nuestro lado. Y sí, empecé hablando de mí, y termino diciendo nosotros. No es un problema de número, es un punto de vista ideológico.

salió el sol

4.11.10

cuando no puedo nada, la poesía, como Casas empinando el libro. Miller, petaca que no embriaga, mal menor que no cura las heridas. yo te copio Fabián, mi religión, si tan solo pudiera no copiarte. pero aprieto a Paul Auster en la mochila, y me trago los mocos por la calle. qué pena ser todo lo contrario, que la risa esté instalada por decreto, verme firme en el espejo, decidida, y saber que no soy la del reflejo. pura representación, constructo, puesta en escena sin libreto, un mar de posibilidades que no son, versos que no riman, que no versos.

1.11.10

despedida

lo ves con los ojos
mirándose adentro
perdido en por qué
tendrá que ser así,
lo ves con el saco
abierto en arrugas
los hombros caídos
roja la nariz,
un hilo invisible
a los ojos della
seca rama queda
dejándolo al salir,
lo ves que envejece
segundo a segundo
que se va tras desa
sin poder partir.

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